sábado, 6 de diciembre de 2008

AMAZONAS 2008 - 1º Parte

Brasil
La magia del río San Benedito - 1º Parte Muchos años soñé con estar pescando en alguno de los bellos ríos que posee Brasil. Mi ideal era el tucunaré, una especie que es buscada por aficionados de todo el mundo y que rondaba en mi cabeza hace mucho tiempo. Ya de regreso, no alcanzo a describir los momentos vividos, la satisfacción de pescar especies en ambientes maravillosos, y por sobre todo de haber conocido gente fantástica y con quienes aprendí valiosos secretos sobre la naturaleza. Textos Ariel Robledo Fotografías Gerardo Martorina Así como uno se imagina la construcción de un castillo, así se fue gestando mi idea de pescar en alguno de los inhóspitos cursos de Brasil. Pieza por pieza, fuimos construyendo la posibilidad de llegar a pescar al maravilloso tucunaré, un pez que me quitaba el sueño, y con el que me quería encontrar alguna vez. La historia comenzó hace algún tiempo, cuando en Itá Ibaté (Corrientes) nos conocimos con Ruy Façario, conductor del programa Planeta Turismo que se emite en el país vecino. A partir de ese momento fuimos comunicándonos con Ruy, hasta que llegó la invitación anhelada: “Quieres venir a pescar al río San Benedito…”. Inmediatamente le aseguré que allí estaríamos para registrar la belleza y la pesca del lugar. Fueron semanas interminables, pensamientos sobre cómo sería la historia, con qué nos encontraríamos, en fin, todas las locuras que se le pueden cruzar en la cabeza a cualquiera que esté por realizar una aventura similar. Una vez todo coordinado, partimos desde Ezeiza, junto a Gerardo Martorina, quien registraría con su cámara las vivencias. Desde Ezeiza volamos a Brasilia, luego a Cuiaba, y desde Cuiaba hasta Alta Floresta, en el Estado de Mato Groso. La única demora importante fue desde Cuiaba hacia Alta Floresta ya que los vuelos no son frecuentes y tuvimos que esperar la combinación varias horas. El último trayecto fue interminable, a la ansiedad propia, se le sumaban un montón de interrogantes y no veíamos la hora de estar cerca del agua. Llegamos a la ciudad de Alta Floresta cerca de las 15 hs, y cuando bajamos del avión nos recibió una temperatura de 36º. “Estamos más cerca…” pensé, e inmediatamente se acerca Beto, chofer de la posada que nos recibió en el aeropuerto. Primeras palabras con Beto, y miles de preguntas en un “portuñol” en el que los dos nos esforzábamos para que la conversación sea bien fluida. Hasta que el oído se acostumbra, y nuestro vocabulario se adapta, pasan algunos días, lo importante es por lo menos hacer el esfuerzo por comprender lo que nos dicen y saber explicar lo que uno habla. Desde Alta Floresta, hasta la Posada Thaimaçu hay que recorrer 160 km., por un camino que de a poco se va complicando, y que nos insume unas 3 horas de viaje. Afortunadamente, el vehiculo es muy cómodo, y sirve el trayecto para ir indagando la cultura, el pasado y presente de la región, algo que enriquece nuestro conocimiento y nos permite ubicarnos mejor. Alta Floresta, antiguamente estuvo habitada por muchos garimpeiros, buscadores de oro, que desde distintas regiones del mundo llegaban para extraer el preciado metal. Esto llevó a que se tejieran diversas y cruentas historias de la región, ya que eran comunes los asesinatos y robos entre los garimpas. Actualmente la ganadería y la agricultura son las dueñas de la economía, y la paz reina. Mientras viajamos vemos a nuestros costados como lo que fue pura selva hace muchos años, hoy es espacio para pastoreo de animales. Sólo se destaca un enorme y ancestral árbol que es protegido por el gobierno y el cual corrió mucho peligro de extinción debido a su valiosa madera. Cruzamos en balsa el río Teles Pires, curso que cuando se encuentra con mucho caudal es ideal para pescar grandes bagres, obteniéndose récords, con peces de cuero gigantes. Ya caía la tarde cuando arribamos a la Posada Thaimaçu, ya en el Estado do Para. Increíble la belleza del río San bendito que con sus cascadas frente al complejo, genera un sonido que será nuestra música natural durante varios días. Cálidamente nos recibe Eunice Seravali, con quien establecemos nuestra primeras palabras y le manifestamos la admiración por el lugar, y el agradecimiento por la invitación. Al instante se acerca Preto, gerente del complejo, y tras él aparece Natal, nuestro guía durante los seis días de pesca que nos esperan. Inevitable, conversar sobre las especies, los estilos de pesca, preguntas que no terminan y respuestas que cada vez son más interesantes. Natal, quiere conocer los señuelos (iscas) que llevamos, y también los equipos. Especialmente se admira por la cantidad de artificiales que cargamos, y selecciona los de superficie y media agua de volumen chico, ya que las especies de la región prefieren esos tamaños que son similares a su forraje. Tras un reparador baño, nos reunimos en el comedor en donde Rui nos recibe con una sopa de pirañas muy sabrosa y mandiocas fritas. Un dato para tener muy en cuenta es que en Thaimaçu, la mayoría de los productos que se consumen son elaborados en su huerta granja. La importante distancia con el centro urbano más cercano, hace que se deban producir frutas y hortalizas en el lugar, como así también hay corrales con chivos, chanchos, vacas, gallinas, de donde se extraen otras materias primas. Los guías de la cabaña, permanecen durante 24 días al mes y tienen 6 de descanso, y cuando no salen a pescar, deben realizar otras tareas de mantenimiento, por lo que todos colaboran para llevar adelante este emprendimiento. Thaimaçu fue uno de los primeros lodges dedicados a la pesca deportiva en Brasil, y su trabajo logró que se declare al río San Benedito como reserva para la pesca deportiva. Es la única posada sobre este curso, lo que le da una ventaja muy importante, ya que durante todo el año la pesca es muy buena, especialmente en variedad. Durante los meses más lluviosos como diciembre, enero y febrero, el complejo permanece cerrado. Dentro de las calificadas especies que se consiguen destacamos al tucunaré fogo (es en el único río en donde se pesca esta especie), tucunaré paca, trairao, trarira, cachorra, cachara, pacú borracha, pacú payaso, tambaqui, jaú, pirarara, bicuda, matrinxa, y otras de altísimo valor deportivo. Recorrer las fotos de los pescadores que pasaron por Thaimaçu y que se exhiben en el comedor, no hace más que apresurar la cena para ir a dormir rápido y que amanezca el día soñado.

Primer día Durante la noche una torrencial lluvia regó la región. Aquí llueve casi todos los días, a veces de noche y otras durante la siesta. A las 5 de la mañana, el golpe en nuestra puerta, puso en alarma todos los sentidos. La humedad florece tras la tupida vegetación, y las cámaras se empañan por la niebla, y el cambio de temperatura cuando salimos de la pieza, ya que dormimos con aire acondicionado, y al salir nos golpea el calor. Después, con el correr de los días mientras desayunábamos poníamos las cámaras afuera para que se adaptaran a la temperatura ambiente. Un desayuno bien completo, suculento, para estar solo concentrado en la pesca durante todo el día es lo primordial. Natal nos aguarda cerca del río con todo listo, son las 6 de la mañana y el sol promete estar bien ardiente en las horas del mediodía. Fundamental ropa liviana y larga, especialmente camisas y pantalones de secado rápido, y gorras que cubran la nuca y las orejas. Buen protector solar, anteojos, y muchas ganas de pasarla bien. Antes de partir, vemos movimientos de peces cerca de la costa, y cuando le consultamos al guía, nos lleva para que el corazón comience a latir más velozmente. Cientos de pacúes de todos los tamaños, nadan en las transparentes aguas, y cuando le acercamos un poco de pan, el torbellino en la superficie nos deja sin palabras. Un espectáculo que nos da la bienvenida y que nos permite emocionarnos bien temprano. San Benedito Este curso de aguas claras tiene una extensión de 255 km., con sectores de correderas, salidas de lagunas y pequeños afluentes, su profundidad varía entre los 4 a 12 metros. Esta temporada del año, el río de mantiene bajo, y su mayor nivel lo alcanza durante mayo y junio, meses ideales para pescar otras especies y grandes bagres. Para esta salida contamos con equipo de spinning liviano y pesado, cañas Feenwich Eagle GT y Okuma que van de 10 a 20 libras, con reeles Penn Captiva y Okuma Stinson cargados con multifilamento del 0,22 mm y también con nailon 0,31 mm. Lo ideal para estos ámbitos es llevarse tres equipos de diferentes potencias para cubrir las distintas especies. Las cañas y reeles que llevamos serían aptas para las especies menores, pero para los grandes bagres se tornarían muy inferiores. Navegamos unos 30 minutos, el aire fresco durante el viaje nos engañaba, porque cuando se detuvo la lancha se sentía el calor húmedo. Por suerte estaba un poco nublado. Ingresamos a la primera laguna, y el objetivo eran los tucunarés. La pesca de esta especie es muy técnica, suele habitar lugares de muchos palos, vegetación semi sumergida, y piedras. Las aguas son calmas, y el silencio solo se interrumpe por las miles de aves que con sus alborotados cantos llenan de mística el aire. Los primeros lances suelen ser fallidos, la distancia no es la ideal, y el sueñuelo no va donde la mente le dice… Después el pulso se afina, gana en precisión, y eso me hace sentir más cómodo, y al baquiano también lo alegra, ya que él nos indica los sitios posibles, pero somos nosotros los que debemos hacer viajar el artificial hacia el destino indicado. Para estas primeras pruebas, elegí un Spinner bait de Alfer´s. Un artificial que gusta mucho en la zona, y con el cual se consiguen buenos piques. No se veía mucho movimiento, y Natal, me indica que volveríamos al río, que tenemos miles de ambientes para pescarlo. Esto me reconforta, ya que no eran mis lances los que estaban fallando, sino la ausencia del pez el que no nos daba la primera alegría. Navegamos unos 5 minutos, mientras la lancha se desplaza, miro la costa, trato de adivinar el territorio de los tucunarés, es parte del juego, es parte de la estrategia adivinar donde se esconden estos peces. Vemos algunas correderas y pienso en el dorado… pero estamos lejos… aquí no habitan dorados… Llegamos a un lugar en donde la corriente pega contra unos palos y se forman “vacíos de agua”, sitios en donde el río parece muerto. “Ahí, entre los palos, hay un tucunaré…” me avisa Natal con algunas palabras en castellano y otras en su portugués innato. Miro el lugar, trato de verlo al pez, pero se hace imposible… Un pequeño borbollón, me pone en alerta y dejo que mi mente vea un tucunaré bajo esa maraña de palos y ramas. Hago volar mi señuelo y lo meto en un pequeño huequito entre dos palos. Lo comienzo a recuperar lentamente, y siento una explosión en el agua y un fuerte tirón en la caña. “¡Pique!” dice Natal, y mi primera oportunidad que se escapa. ¡El corazón casi se me sale por la boca! Intento tranquilizarme, y a la vez pienso “En estos lugares habita mi presa…”, ahora ya me estoy orientando. Centímetros más adelante veo un accidente similar, muy sucio, impensado para meter un artificial, y hacia allí lo hago volar… a todo o nada. Dos vueltas de manivela, y el sacudón frenético curva mi caña. “¡Pique!, ahí está…” grito, y el nailon que se enreda entre el palerío con la fuerza del pez en el extremo que busca refugio. “Tranquilo, vamos a sacarlo…” me dice el guía, y yo que intento ver el recorrido del nailon entre los palos. Fue un pique brutal, rápido, sin tiempo a nada, e inmediatamente la búsqueda de los obstáculos para el pescador y de salvación para el pez. Después de algunos minutos, logramos desenredar el nailon, y el pez que una vez liberado sale hacia el medio del río, y vuelve a buscar la costa. Tiene todas las mañas, y posee toda la fuerza para hacerme equivocar. Pero el anzuelo está bien prendido, y mi pulso se tranquiliza cuando veo que lentamente se entrega a mis manos. ¡Belleza pura! Grito, y no dejo de agradecer a Dios por este momento. Era el primer tucunaré de mi vida, y se merecía muchas fotos, muchas caricias. Un pez de un colorido imponente, mágico, sin palabras. Dueño de una velocidad y de una fuerza sorprendente. Un abrazo a Natal, y la alegría desbordante que no llego a describirla con precisión. “Es una lucha sucia…” me dice Natal, en referencia a los ambientes en los que siempre está este pez aguardando el paso de sus presas. Mucha felicidad, y por supuesto, la tranquilidad de ahora en más de saber dónde debo buscar el pique. Ahí, entre los palos, en los lugares inimaginables, en esos sitios en donde muchas veces vamos a perder señuelos, o en los cuales el nailon no va a resistir el roce contra otros palos. A medida que transcurre la mañana los lances van ganando en precisión, y mi confianza se acentúa. Trabajo el artificial a distintas velocidades, buscando siempre sitios complicados, sucios. Esta pesca es magnífica, porque uno sabe que si deposita el artificial correctamente, el pique puede sucederse de manera inmediata. El spinner bait, tiene la gran ventaja de que el anzuelo se encuentra hacia arriba, y por lo tanto es muy difícil que se enganche de los palos. Sacamos varios tucunarés por lo que la alegría era desbordante, incluso muchos los pescamos con señuelos de superficie y plop, que sinceramente es un espectáculo conmovedor, ver el ataque desde varios metros de distancia, y el estallido sobre la superficie cuando el pez toma con su gran boca el señuelo, algo que para quienes aman la pesca se graba a fuego.

Continuará…. Thaimaçu Lodge sobre la margen del río San Bendito, ofrece alojamiento para 32 pescadores, con habitaciones y baño privado, aire acondicionado, servicio de lavandería, pensión completa con bebidas, lanchas amplias y cómodas para dos pescadores con refrigerio.
Consultas: 00 55 66 3563 20 55
thaimacu@thaimacu.com.br http://www.thaimacu.com.br/ También consultas por servicios de pesca en Brasil, Ruy Façario, Programa Planeta Turismo: diretoria@planetaturismo.com.
Para tener en cuenta: - Indispensable ropa liviana, clara, de secado rápido, gorras que protejan la nuca y las orejas. - Buen protector solar - Anteojos para sol - Repelente, si bien no hay muchos insectos, nunca está de más. - Varios pares de calzados livianos. - Traje de lluvia - Adaptadores para cargar baterías de cámaras o fotográficas, ya que en Brasil la ranuras de los enchufes son chatas y paralelas. - La posada utiliza grupos electrógenos de 110 volts.
Por otras sugerencias: arobledo@edicionesnativa.com.ar

jueves, 27 de noviembre de 2008

Corvinas y Bagres de Mar

En el Rio de la Plata
Los visitantes del mar Cada primavera marca el recambio de especies en el río color de león y los pescadores deportivos asistimos a la despedida del pejerrey y una doble entrada de peces de estación: por un lado, la variada de verano que viene del Delta. Por otro, dos especies de mar que ingresan al estuario y a las que hay que aprovechar en su momento: las corvinas y los bagres de mar. El arranque de temporada, en zona Sur, permite anticiparnos al mejor mes para dar con estos dos viajeros del océano que tocan nuestras playas para ésta época. Por WILMAR MERINO Cuando las flechas de plata ya comienzan a ser recuerdo y el calor sube unos grados sobre y debajo de la superficie, es tiempo de corvinas y bagres de mar en el Río de la Plata. Ambas especies, llegan por la zona con distintos fines (una en tránsito y otra con fines reproductivos) y prolongan su estadía hasta mediados de diciembre. Desde mediados de octubre, podemos decir que la pesca de ambas especies está casi (en pesca siempre hay que decir “casi”) garantizada. Las primeras en llegar son las corvinas, presentes desde septiembre y antes también en el estuario. Lo que pasa es que en esos tiempos el pescador está buscando pejerreyes… pero sí dan cuenta de los cardúmenes de avanzada los barquitos amarillos que producen verdaderas masacres. A ello hay que sumarle una cantidad de pescadores “artesanales” que con sus truckers también depredan las piedras cercanas a la costa, mermando a una especie que ya viene sufriendo pesca intensiva desde el Uruguay, en gran medida. Sin embargo, queda resto para los de la caña. Por su parte, el bagre de mar, también llamado mimoso o mochuelo, también llega con la corriente cálida del Brasil y –a diferencia de la corvina que viaja hacia la costa atlántica- remonta hacia el norte ingresando al estuario, para desovar en pozones profundos del Guazú, el Uruguay y el Bravo hacia el mes de noviembre. La pesca de corvinas y bagres en zona Sur del Riopla tiene un encanto particular: por tratarse de aguas poco profundas se pueden alivianar los equipos, maximizando la lucha de éstas combativas especies que tienen verdaderos fanáticos en la costa rioplatense. Corvinas en La Balandra La pesca de corvinas en el Río de la Plata se realiza en una franja que va desde Berisso a Punta Indio, siendo los pesqueros clásicos playa La Balandra y Magdalena. En este caso, convocados por los guías Oscar Creo (padre e hijo de nombre homónimo) salimos de La Balandra, playa ubicada unos 20 km. al sur de Berisso. Se accede desde Berisso (camino que deberán tomar platenses y porteños) tomando la calle Montevideo hasta que se corta, y luego doblando a la izquierda (a la derecha iríamos hacia Ruta 11) hasta el río. Allí nos esperaban los profesionales, con todo listo en la lancha, salvo nuestros equipos. La primera sorpresa vino con el método de embarque. El Plata en ésta zona no tiene muelles ni amarraderos, presentando una playa con suave declive y canaletas. La lancha está en el agua a unos 50 metros de la costa y los guías, con waders calzados, nos llevaron a caballito hasta la embarcación. El sistema no será el más elegante pero sí es muy efectivo. Y evitamos el triste espectáculo de ver cómo personajes pasados de copas azotan a un maltratado caballito cuando se empantana un trailer en el barro. Todo dicho. El viaje Embarcados ya en la cómoda trucker de los guías, hicimos la primera parada a 700 metros de la costa, en piedras que tienen los profesionales marcadas en su GPS. Ni un pique. Nos fuimos moviendo cada 20 minutos sin respuestas ante el desconcierto de los guías, que habían estado pescando en esas zonas con singular éxito y no podían creer el sapo que estábamos haciendo. Luego proponen ir al canal, señalizado por la boya 5, allí donde el pique “nunca falla” y en donde usualmente se cobra la pieza mayor en la Fiesta de la Corvina rioplatense. Pero esta vez falló. Siendo el mediodía y sin más capturas que algunos bagres comunes que tomaban nuestras líneas de fondo encarnadas con camarones y anchoas, decidimos volver más cerca de la costa, dado que encima de la falta de pique se había levantado un vientito amenazador. Con una rica picada matizamos la angustia del cajón vacío. Pero al fin, las cosas cambiaron: La creciente y el parate de agua dieron pique nulo, pero al comenzar la bajante las corvinas se activaron. Primero clavó Roberto Scocco, luego Creo padre, finalmente quien esto escribe. Lo mejor es que todas las corvinas eran de excelente tamaño, pesando entre 1 y 1,800 kg. Llamativamente, no hubo corvinas chicas, descarnadoras frecuentes que nos hacen olvidar la pureza del lenguaje. Esta vez, en cambio, los portes fueron parejos de buenos para arriba, dando piques francos y peleas bravas, teniendo en cuenta que usábamos equipos de bait casting Shimano muy livianos y plomadas no mayores a 50 gramos.Las carnadas, provistas por los guías a sus clientes, son el camarón y la anchoa, que deben ser presentadas lo más frescas posibles y bien atadas con hilo mágico, para evitar que se desprendan al menor toque. Usualmente se usan líneas de dos anzuelos corvineros chicos, con plomo corredizo y brazoladas de 40 cm. atadas a esmerillón, pero los puristas pueden optar por un aparejo simple de un solo anzuelo. Es una pesca de caña en mano, porque tras un par de toques ya no tendremos cebo. Disfrutamos una hora y media de un pique donde todos nos divertimos a su turno, asegurando las piezas con copo para izarlas a bordo y cobrando en total una docena de hermosos ejemplares. La frutilla del postre vino cuando Creo padre estaba asistiendo a quien esto escribe y ve su caña sacudirse bruscamente. Le pide “al nene” que atienda ese pique y al recoger vino un doblete conformado por una corvina de kilo y medio y un matungo de pejerrey de 700 gramos. Digno fin de fiesta con "las rubias del Plata” que en este momento en que estas líneas llegan a sus ojos deben estar acardumadas en mayor medida, comiendo mejillón asiático sobre los fondos de tosca de la zona. Llegaron los mimosos Una semana después, tras el éxito de un par de guías que rompieron la racha negativa de otros profesionales, decidimos ir por los primeros bagres de mar. La especie llega para reproducir en el cuello del embudo del estuario tras una larga migración desde el Brasil, aprovechando cuñas de agua salada que por su mayor densidad van por debajo del agua dulce que proviene de la cuenca del Plata. Salvo en zona Sur, donde se lo pesca en aguas bajas, en la parte Norte del río solo habita en los pozones y canales, siguiendo su derrotero ancestral para el desove, que por el mes de noviembre los encuentra en los cauces profundos del Guazú, el Bravo y en Uruguay. Da pena pescar la especie cuando uno toma en cuenta el proceso biológico que lleva a cabo para perpetuarse. Sucede que el macho, tras fecundar los huevos, recoge las crías y las transporta de nuevo al mar en viaje de regreso. Por eso se suele decir que a la vuelta, solo comen las hembras. De gruesa piel, el bagre muestra un color gris lustroso con destellos plateados, que va tornándose de color blanco hacia el vientre. Las luchas entre ejemplares a la hora de aparearse suelen dejar “heridas de guerra” en esa superficie lisa, donde entonces aparecen cortes y rayones. De aletas pectorales y dorsales armadas con púas defensivas, hay que tener cuidado al manipularlos porque éstas inoculan ardiente veneno, no mortal pero sí doloroso. El tiempo de los bagres de mar en el Río de la Plata se da siempre hacia el mes de octubre, siendo a partir de la segunda quincena cuando tendremos mayores chances de éxito en esta pesca. En Berisso, uno de los pioneros en esta pesca fue el recientemente fallecido Beto Hasain, hoy sucedido por su hijo Joaquín y los capitanes que tripulan sus tres embarcaciones. Con ellos fuimos por los mimosos. Saliendo de la marina del Sur, desde donde parte la mayoría de los guías de Berisso, hay que tomar dirección Sudeste a unos 18 Km. de la costa, por la zona del par 6. Allí los guías tienen celosamente guardados puntos clave en sus aparatos de GPS. Las concentraciones de bagres suelen darse en aguas que van de los 5 a los 8 metros, de fondo barroso, donde rara vez salen corvinas, que prefieren fondos de piedra. Por eso, pese a que usamos para ambas especies la misma carnada, no es frecuente cobrar ambas en una misma salida y hay que optar por una de las dos. Con respecto al pique, el bagre suele manifestar su presencia con un par de toques y después lleva firme. Ese es el momento de clavar, y asegurar la primera clavada con varios pumping (reiteración corta y repetida de la clavada), para luego dedicarnos a disfrutar su pelea. Normalmente anda acardumado y cuando encontramos pique no saldrá sólo uno sino varios. En esta reciente excursión, los primeros mochuelos tuvieron el tamaño promedio, de 2 a 4 kilos, y logramos una docena de ejemplares. Para el tiempo de salida de ésta nota, será posible hacer pescas de 25 a 30 por lancha, pero recomendamos ser medidos en el sacrificio de la especie teniendo en cuenta que está en temporada reproductiva. Si bien en el Río no hay ninguna veda, nuestro sentido común y fan de proteger el recurso debe medir nuestras acciones y por ello sugerimos matar los menos posibles. En cuanto a los tamaños, ocasionalmente suelen salir algunos de 7 a 10 kilos, pero son los menos, dado que la especie es depredada año tras año por redes y espineles. Pero cabe destacar que esta pesca, en Berisso, se hace con equipos bien livianos, a diferencia de zona Norte donde pescamos en pozones y usamos plomadas de 250 gramos. De acuerdo a ello, un equipo de bait cast liviano garantizará muchas emociones. Sobre el mismo hacemos correr un plomo de 60 a 90 gramos sobre el nylon del reel y rematamos en una bajada de 80 cm. que termina en anzuelos 6/0 o 7/0 sobre los que encarnamos una anchoa fresca atada con hilo mágico. La temporada de bagre de mar en Berisso ya está a pleno y la pesca se prolongará hasta principios de diciembre. Contrate un buen profesional para salir en el Plata y disfrute de dos especies con pique abundante y muy combativas, en estas semanas clave donde corvinas y bagres están a punto caramelo.

SERVICIOS Familia Hasaín: la salida cuesta $ 550 por embarcación para 4 personas, esto incluye carnada y combustible para corvinas y bagres. Teléfonos de contactos: 0221-4641952, Nextel: 642*37, celular: 0221-154314057 Familia Creo: Oscar Creo y su hijo cuentan con dos cómodas trucker equipadas con GPS y todos los elementos de seguridad, propulsadas por motores Yamaha de 40 HP. Salen los 7 días de la semana e incluyen en el importe carnada (para bagres y corvinas) y refrigerio. Reservas al TE 0221-4644973 Consejos Útiles: * Como en toda pesca “marina”, el encarne es fundamental. Presentar cebos frescos y atados de modo prolijo será garantía de éxito., La anchoíta, en el caso de la corvina, puede ser trabajada en filete o de a mitades, combinada con camarón. En cambio, para bagres de mar, atarlas enteras a la pata del anzuelo (sin pincharlas para no destrozar la carne) será lo ideal. * Equipos Bagres: cañas de 15 a 25 libras de hasta 2,60, tipo Shimano Convergente, reel rotativo cargado con nailon de 0,35 a 0,40 mm., plomos de 0,60 a 0,90 según la correntada y anzuelos 6/0. Corvinas: una caña liviana de bait tipo Shimano FX-C- 66MHb2 o similar, con reel rotativo de bait Marine Sport Brisa 8000 y nailon 0,35 para evitar cortes y por si se da algún bagre). * Manipular los bagres con cuidado, usando pinzas o bogagrip para izarlo. Nunca levantarlo con la caña y echarlo arriba del bote, porque comenzará a saltar provocando accidentes con sus púas venenosas. Usar calzado de media caña, con puntera reforzada para evitar accidentes por pisotones involuntarios (a veces salta fuera del cajón y queda alguno peligrosamente en el piso del bote). * Tomar una pastilla de Dramamine la noche anterior y otra dos horas antes de embarcar. Las olas cortas del río sumadas al olor fétido de anchoas, camarones y piezas de origen marino amontonadas en cajones, causan náuseas y pueden arruinarnos la salida. * No Deprede: corvinas y bagres sufren demasiado con redes y espineles como para sumar nuestro aporte negativo a la merma de las especies. Llévese alguno para consumo pero no vaya con la triste idea de amortizar el viaje en kilaje de pescado.

Los Pescaron In Fraganti...

Santa Fe
Veda pesquera en la provincia
Decomisan 4 mil kg de pescado en Fighiera
En el operativo se incautaron piezas de las especies patí, tararira, dorado -de captura prohibida en forma permanente- y sábalo. De estos últimos, más del 60 por ciento de las piezas no cumplía con la medida permitida (42 cm). En el marco de la veda pesquera que rige en todo el territorio de la provincia desde el 1º de noviembre, inspectores de la Secretaría de Recursos Naturales -dependiente del Ministerio de la Producción-, decomisaron en la mañana de hoy unos 4.000 kilos de pescado en la localidad de Fighiera. Durante el operativo, del que participó también personal policial y de Prefectura, se constató la presencia de una embarcación haciendo transbordo a un camión, propiedad de la planta frigorífica ‘El Timón‘, de la ciudad de Villa Constitución, de entre 3.500 y 4.000 kilos de pescado de las especies sábalo, patí, tararira, y dorado (de este último su captura está prohibida en forma permanente). Los inspectores del Ministerio de la Producción, explicaron que con los sábalos decomisados de los cuales más de un 60 % no cumplía con las medidas estipuladas (42 centímetros)-, la ley prevé que cuando se trata de grandes volúmenes se nombra al captor en calidad de depositario. De esta manera, además de ser sancionados con una multa económica, los responsables deberán conservar el cargamento en perfecto estado, para poder ser donado a entidades de bien público. Veda pesquera en la provincia La ley provincial 12.703, entre otras disposiciones, prohibe ‘la captura de toda especie de peces de río durante los meses de noviembre, diciembre y enero de cada año‘, para permitir durante ese período el desobe habitual de todas las especies. La norma exceptúa ‘a la pesca de subsistencia y a la captura realizada por medio de tanza con anzuelo con los alcances, modalidades y condiciones establecidos en la ley 12.212‘. En el marco de los trabajos que se vienen desarrollando en la Cadena de Valor del Río y sus Recursos, tres equipos técnicos de la Secretaría de Medio Ambiente y del Ministerio de la Producción visitan desde el pasado 3 de noviembre las localidades de toda la costa santafesina informando a la comunidad en general y a los pescadores en particular sobre la vigencia de la medida de restricción.
Fuente: Secretaría de Comunicación Social Nota publicada en http://www.ellitoral.com/index.php/id_um/35429