jueves, 15 de enero de 2009

PARAISO DE GRANDES CORVINAS

San Blas PARAISO DE GRANDES CORVINAS Quienes amamos la pesca deportiva siempre soñamos con llegar a un lugar en el cual las ganas de pescar sean satisfechas, más aún cuando se tienen que recorrer grandes distancias. En nuestra reciente visita a San Blas, tuvimos la fortuna de disfrutar de una excelente pesca de grandes corvinas, de esas que les quitan el sueño a los pescadores de mar más exigentes. Textos Ariel Robledo Fotografías Darío Traffano Bahía San Blas es uno de los pesqueros más tradicionales que existen en la costa atlántica. Su excelente variedad en peces y sus características geográficas, lo han llevado a ser uno de los sitios preferidos por miles de aficionados que adoran la buena pesca, y por sobre todo la tranquilidad. Conocí este pesquero, gracias a una invitación que hace un par de años me hiciera Daniel Colombil, un reconocido guía de pesca, cuyos conocimientos en la actividad lo han convertido en uno de los más buscados en la bahía. Hoy ya hemos establecido una amistad con Daniel, y siempre cuando arranca la temporada nos invita para relevar los pesqueros de la región. En esta oportunidad el llamado llegó y tratando de aprovechar el buen momento decidimos realizar un viaje junto a Armando García, Darío Traffano y Marcelo Martinucci desde Santa Fe hacia San Blas. Salimos muy temprano en la mañana desde Santa Fe, pasamos por Rosario y por autopista llegamos hasta Ramallo, desde allí tomamos la ruta provincial Nº 51 hasta Bahía Blanca. Si bien existen muchas rutas alternativas, nosotros nos decidimos por la 51 por ser una de las más tranquilas. Desde Bahía Blanca recorrimos por la Nº 3 hasta el ingreso a San Blas. Después transitamos con mucho cuidado unos 65 km. de ripio en buen estado, pero en donde debemos tener mucha precaución ya que el trayecto presenta curvas muy cerradas y si las tomamos a alta velocidad el vehículo puede derrapar. Habíamos llegado cerca del atardecer, y como es tradicional mucha gente se agolpaba en la costa a donde arriban los barcos pesqueros para conocer la cosecha de los deportistas que han ingresado al mar. Muy buena pesca variada pudimos ver que se había dado y desde el barco de Daniel, muchos pescadores hablaban de lo efectiva que estaba siendo esta temporada en lo que hace a los resultados. Nos saludamos y nos interiorizamos sobre cómo se estaba dando el pique y en qué zona los estaban buscando. Mientras estábamos conversando se acercó Raúl Cappa de Arocena (Santa Fe) y sus amigos, con quienes compartimos un buen rato y de paso nos invitaron a comer por la noche unas buenas corvinas a la parrilla y bastoncitos de pescadilla fritos, todo un manjar regado de buen vino y muchas anécdotas.
Nuevas cabañas Después de coordinar con Daniel la salida de la jornada siguiente, nos dirigimos hacia el nuevo y muy bien acondicionado complejo Costanera Uno, propiedad de Alberto Arizaga, un cordobés que por filosofía de vida decidió radicarse en San Blas y encarar allí este flamante emprendimiento. Las cabañas son de madera, con amplios ventanales que dan al mar y, por sobre todo, con comodidades para satisfacer a los visitantes más exigentes. Mucha privacidad, y la calidez de un lugar que nos permite disfrutar del sonido del mar y su profunda paz.
Una mañana soñada Quienes alguna vez pescaron en el mar, saben que uno de los factores determinantes es el viento, ya que por más que el pique esté muy bueno, si el viento es fuerte la cosa se complica. Daniel cuenta con un buen barco y también una lancha grande con los cuales efectúa sus incursiones, y esto le da una importante ventaja al momento de salir a navegar. Aún así hay muchas veces que oleaje es tan intenso que la excursión se suspende. En el caso de nuestra salida, afortunadamente el tiempo se comportó de maravillas, y si bien teníamos un poco de viento del sector norte, no era un impedimento para la navegación y mucho menos para pescar. Aprontamos los equipos y cargamos todo lo necesario para poder pasar un día a plena pesca. El objetivo principal eran las corvinas y la variada por la mañana, y por la tarde aprovechar el cambio de marea para pescar tiburones. Como adelanto, les puedo decir que efectuamos todos los intentos con un éxito rotundo, pero en esta edición solo vamos a compartir lo sucedido con las corvinas, ya que la pesca de tiburones la efectuamos con devolución, y vale le pena que le dediquemos un artículo especial. El día se presentaba inmejorable, y las expectativas eran enormes, principalmente para Armando, Marcelo y Darío, quienes nunca habían efectuado esta pesca. Una de las grandes ventajas que tiene esta época del año, es que no es necesario salir a mar abierto, sino que la pesca se efectúa en una zona de muchos bancos y en parte de la bahía, en donde hay reparo para el viento y, por lo tanto, el oleaje no pone en riesgo nuestra jornada. Iniciamos la navegación hacia los bancos del Culebra, un lugar de renombre para las corvinas y la variada en general, pero también un sitio muy rendidor para los tiburones. La marea estaba baja, y el barco Brimar serpenteaba los lugares playos que se marcaban en el GPS de Daniel, pero que para nosotros eran imperceptibles. Mate en mano, fuimos apreciando la inmensidad del mar, y las costas de las islas cercanas que a tan solo unos 50 metros del barco mostraban su oscura silueta. Tras una hora de navegación aproximadamente llegamos al sitio escogido por Daniel. Lanzó el ancla y comenzamos los preparativos para la gran pesca. “Este sitio puede darnos buenos ejemplares… vamos a probar suerte, a ver qué pasa…” comentó el guía. La corriente del mar todavía era intensa, y teníamos unas dos horas para aprovecharla antes de que se detenga y comience a correr nuevamente en sentido contrario. Una de las sugerencias que siempre hacemos es que, para este tipo de pesca, es lindo poder disfrutar la potencia del pez y para ello la utilización de un equipo adecuado nos permitirá tener una lucha más equilibrada. En este sentido llevamos cañas de 20 – 30 libras y reeles aptos para cargar unos 200 metros de nailon 0,40 mm. Algo a destacar también es que para desarrollar los ensayos con estos equipos, es conveniente que todos los tripulantes tengan nociones básicas sobre la pesca, de lo contrario si pescan varias personas y no pueden controlar su equipo debido a la fuerza que ejerce la corvina, se arman verdaderos líos sobre el barco. Daniel en ese sentido, siempre nos aclara que al pescar muchas personas que no se conocen entre sí, con diferentes niveles de conocimientos en una embarcación, no se puede arriesgar a que quien paga la excursión pierda su presa por no poder manejarla. En cambio si el pescador le avisa que va a utilizar equipos livianos y sabe como manejarlos, los distribuye de tal manera que no moleste a los demás. Sabemos que en esto de la pesca existen personajes a quienes solo les interesa cargar su balde con muchos pescados, y otros que priorizan el disfrute del deporte por sobre la cantidad de presas sacrificadas. En este caso, todos los que estábamos sobre el barco deseábamos disfrutar de los magníficos y potentes piques de las corvinas, y por supuesto también de su sensacional lucha.

Las primeras sorpresas Una vez ubicados en el sitio ideal, comenzamos a preparar los aparejos. En este caso se emplea una línea madre de 70 cm. de nailon 0,50 mm. desde la que se desprende el plomo en la punta y a mitad se ubica otra madre de unos 30 cm. con el anzuelo. El lastre que empleamos en el comienzo de la pesca fue de unos 150 gramos, ya que la corriente era bastante fuerte. Luego, a medida que la marea se va deteniendo, empezamos a cambiar los lastres por otros más livianos. Es fundamental que cuando lanzamos el aparejo toque el fondo, de lo contrario nunca llegarán los piques. Daniel consigue una carnada muy buena, de gran tamaño y tentadora para la dieta de los peces. Encarnamos los anzuelos y comenzamos la faena. En el comienzo fueron las rayas las que dijeron presente con un pique bastante seguido. Después los gatuzos y algunas pescadillas, hasta que llegó el pique esperado. Una brusca bajada de caña delató la presencia de una corvina. La lucha es sensacional, en cada embestida se despiden del reel varios metros de nailon, y cuando pareciera que la tenemos rendida vuelve a salir disparada. Sinceramente una de las pescas más deportivas que existen y que si la encaramos con el reel, la caña y el nailon adecuados podemos disfrutarla al extremo. La primera de unos 4 kilos abrió la mañana. Después le siguió mi caña, con un bello ejemplar de unos 6 kilos, y no faltó la de Armando con otro de porte superior. Entre piques de excelentes corvinas, llegó la gran sorpresa de la jornada. Darío, quien sacaba fotos, filmaba y tenía su caña también en el agua, siente una tremenda bajada, y el reel que empezó a escupir nailon de manera firme. Se inició la batalla y la caña que se exigía al máximo, hasta que después de varios minutos llenos de nervios, vimos aparecer en superficie ¡un “corvinón” de 9 kilos! “Hacía mucho tiempo que no veía un ejemplar de este tamaño…” nos aseguró Daniel, con una inmensa alegría, ya que el sitio escogido estaba rindiendo a la perfección. Muchas fotos, y la algarabía y felicidad de todos, por la presa conseguida por Darío, quien en su primera pesca de mar, nos “pasaba el trapo a todos con la pieza mayor”. Después le siguió otro monstruo de unos 8 kilos que sacó Armando, y una hermosa rubia de unos 7 kilos que exigió a mi caña al límite. También Marcelo tuvo su chance con otra presa de más de 6 kilos. Era increíble lo intensa que estaba la pesca, por momentos el pique se cortaba y comenzábamos a disfrutar de la “variada” y pasados unos minutos, por arte de magia, nuevamente aparecían las corvinas y en todas las cañas teníamos las bruscas llevadas. Fueron unas 3 horas de pesca en las cuales no tuvimos descanso, hasta que el pique fue disminuyendo su intensidad. Habíamos tendido tanta pesca, que increíblemente estábamos satisfechos, felices, por lo que nos dispusimos a almorzar, dejando descansar a nuestras cañas y por supuesto, nuestros brazos, que habían tenido acción en todo momento. Este es un excelente momento para disfrutar de la pesca de grandes corvinas en el canal Culebra, un sitio tradicional, pero en donde el conocimiento de Daniel, marca la diferencia. Si usted soñó alguna vez con esta pesca, este verano es el momento ideal para hacerla realidad, en un lugar seguro, con buenos servicios, amplias embarcaciones, y la mayor experiencia.

En febrero, los invitamos a disfrutar de un artículo imperdible de pesca de tiburones con devolución, con fotos increíbles e inéditas. Consultas y reservas: “Penélope” de Daniel Colombil, amplios conocimientos, muchos años de experiencia, pesca de corvinas, tiburones y variada. Barco y lanchas amplias y seguras con todos los elementos de seguridad. Carnadas, equipos de pesca, asesoramiento. Avda. Costanera – Bahía San Blas. Tel. (02920) 499 417. tiburonesconpenelope@hotmail.com Cabañas Costanera Uno En un marco natural incomparable cerca del mar, con mucha tranquilidad, y el mayor confort, se destaca este nuevo complejo de cabañas independientes. Cada una posee camas para 6 personas, asador, cocina, vajilla completa, TV color, agua caliente, amplios ventanales, servicio de toallas y frezado de pescados. Avda. Costanera Esq. 22 – Bahía San Blas Cel. (0351) 152 01 64 17 costaneraunosanblas@gmail.com

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