jueves, 5 de febrero de 2009

Pura naturaleza en el noroeste cordobés

Pura naturaleza en el noroeste cordobés
En medio de un ámbito incomparable, y con la paz que reina en toda la región, conocimos Villa de Soto, un pequeño pueblo que está floreciendo en materia turística, y en el cual podemos desarrollar la pesca deportiva de una de las especies más deportivas que existen: la tararira.

Por Ariel Robledo

Siempre resulta interesante conocer nuevos ambientes para la pesca deportiva, y si además estos lugares nos permiten disfrutar de otros encantos como la paz, los paisajes, arroyos de aguas cristalinas para disfrutar en familia, la combinación resulta muy atractiva para elegirlo como destino de vacaciones, o bien como alternativa para desenchufarnos del trajín cotidiano. Gracias a una invitación realizada por Martín Rodríguez, pude conocer este verdadero paraíso enclavado tras las Sierras de los Comechingones. Para llegar a destino, tenemos que tomar la ruta Nro. 38 desde la ciudad de Córdoba, y luego de transitar unos 160 km. llegamos a destino. En nuestro viaje pasamos por las ciudades de Villa Carlos Paz, Cosquín, Capilla del Monte y Cruz del Eje. El recorrido es sumamente atractivo ya que a cada kilómetro aparecen nuevas postales que decoran esta región cordobesa de mucho tráfico turístico. Antes de arribar a Villa de Soto, pasamos por el río Soto, curso de aguas totalmente transparentes y de máxima pureza, ya que no existen poblados que se ubiquen a la vera del mismo, lo que lo aleja de toda posibilidad de contaminación. Ingresamos por la calle principal y nos dirigimos hasta la plaza, sitio de encuentro de jóvenes y adultos que cerca del atardecer se reúnen para disfrutar de unos mates o bien compartir las andanzas del día. Alrededor de la misma se emplazan varios comedores, la iglesia, y sitios de entretenimientos para todos los gustos. El andar sereno de la gente, nos da una pauta que en este lugar el tiempo se detiene, y nos obliga a bajar las revoluciones de nuestra vida que seguramente nos pide un descanso cada tanto. Lejos de todo “ruido” urbano, este pueblo nos invita a encontrarnos con mucha tranquilidad, el saludo amable, el respeto, decorados con el canto de los pájaros y los aromas serranos, que después de cada lluvia se intensifican y nos llenan los pulmones de aire puro. Las cabañas de Martín están enclavadas en un sitio en el cual se pretende efectuar una urbanización exclusivamente turística para cabañas, en un marco natural de máxima tranquilidad, y a tan solo 40 metros del río Soto. Cuenta con todas las comodidades y sentado bajo la sombra del quincho uno puede desayunar contemplando el verde que rodea a la región, con las sierras como telón de fondo. Apenas nos ubicamos en las cabañas, nos dirigimos hacia el río, un curso de aguas con playas de arena y pequeñas piedras ideal para que los niños estén seguros, bordeado por una frondosa vegetación en la cual podemos compartir un asado, o bien los infaltables mates del atardecer. A unos 5 km. se encuentra otro de los sitios recomendados para estar serenos, y es el denominado balneario La Toma, un oasis en donde se mezclan finas arenas, con grandes piedras y un marco serrano de imponente belleza. Este lugar esta siendo acondicionado para que en un futuro cercano se cuente con proveeduría, y demás servicios para el turista. Ideal para quienes buscan un contacto con el silencio, solo interrumpido por el sonido del agua y los miles de pájaros que abundan en la zona. El privilegio mayor que tiene este pueblo es sin dudas la tranquilidad y la seguridad, uno de los bienes más preciados que todos buscamos, especialmente cuando se trata de vacacionar solos o en familia.-

Emprendimiento Desde hace muchos años Martín ve al turismo como una posibilidad cierta de crecimiento para toda la región, basado en un pasar muy tranquilo, de salud, ideal para el desconecte que todos necesitamos. A futuro existen muchas ideas y propuestas para desarrollar en la zona, siempre cuidando el bien más preciado que es la naturaleza y el aire puro. En una charla con el intendente de la Villa, conocí los detalles de un amplio espacio que va a ser destinado a los complejos turísticos que deseen invertir en la zona. La idea es realizar una pista de salud, cerca de la zona de playas, y con un fácil acceso desde la ruta. Una propuesta muy interesante para revalorizar este cálido pueblo cordobés. La Pesca Otro de los atractivos que posee la región es el dique Pichanas, un espejo de agua en el cual se pueden pescar pejerreyes, carpas y unas interesantes tarariras, especie que suele ser muy apreciada por los pescadores de spinning y mosca. En este sentido, y ya que estaba en la región, Martín procedió a organizar una jornada de pesca en el dique, algo que resultó sumamente interesante ya que el ambiente era desconocido para mí, y esto siempre me genera grandes expectativas. Junto a Raúl Velásquez, su amigo y compañero de aventuras, organizó todo para disfrutar de los encantos de la pesca. En este sentido, Martín, ya tiene organizada excursiones de pesca para los amantes del spinning que deseen pescar tarariras en el dique, con un servicio completo en un lugar exclusivo y muy atrapante. Temprano por la mañana, me pasaron a buscar y nos dirigimos por la ruta 15 hasta la localidad de La Higuera, desde allí tomamos un sinuoso y simpático camino serrano que nos depositaría en una de las bajadas de lanchas que tiene el espejo de agua. La travesía es impactante, y antes de arribar a destino, paramos en una casa de campo para comprar quesillo de cabra, recién elaborado artesanalmente, un verdadero manjar para comerlo a la parrilla o bien naturalmente con mates. Mientras bajábamos la lancha pudimos ver el movimiento de los pejerreyes y también de las tarariras, lo que nos empujó a apresurar los movimientos para estar lo antes posible en los sitios de pesca. En una moderna embarcación, y gracias a un permiso especial conseguido por Martín navegamos hacia una de las bahías en las cuales iniciaríamos los ensayos. Ambos teníamos un arsenal de señuelos, pero el guía me anticipó que los mejores resultados los conseguía con cucharas giratorias plateadas, ya que la alimentación preferido por las taruchas en el dique es el pejerrey y todo lo que simule su natación es atrayente para las predadoras. También otra de las especies que merodea en esta agua es la carpa, en tamaños realmente descomunales. “Nadie las pesca, pero hay ejemplares gigantes…” me comentaba Raúl. Caminamos por la costa y comenzamos a ver el movimiento de este pez y verdaderamente en portes muy llamativos. “Se suelen pescar con masa, y los ejemplares que se logran tienen buena carne…”, me destacaban los baquianos. En la caminata podías percibir los movimientos de las tarariras, y de pronto llegamos a una bahía en la cual vimos varias apoyadas en el fondo. “¡Increíble como se las ve…!”. Sigilosamente preparamos los equipos y lanzamos los artificiales. Pasamos bien por delante de la boca del pez, y no reaccionaba. Después uno de los spinners la tocó y huyó del sitio en el que estaba. Seguimos caminando, y vimos un par que estaban juntas. Lanzamos los artificiales y al pasar la cuchara giratoria de Martín cerca de una de ellas, vimos el espectacular ataque. La oscuridad del fondo del lago, sumado al movimiento de la cuchara giratoria y a la boca blanca de la tarucha que se abre para engullir el artificial, conforman imágenes que son imposibles de olvidar para el pescador de spinning. Unos pasos más adelante otro ejemplar de mayor porte se abalanzó a la cuchara de Martín y con un espectacular salto escupió el engaño. Era notable la cantidad de piques que se daban en el artificial de Martín, y yo que probaba con un spinner bait con fioco verde flúo no tenía respuestas. En este ambiente magnífico pudimos ver la conducta territorial de las tarariras, ya que pasábamos por un lugar en el cual estaban y al ver o sentir nuestra presencia huian, pero dejábamos descansar unos minutos el lugar y aparecían nuevamente para cuidar su territorio. Realmente una enseñanza fantástica la que nos dejó el dique Pichanas. Seguimos probando, y Martín me estaba dando una verdadera paliza, con muchos piques y a la vez buenas capturas. Decidí cambiar mi señuelos y puse una cucharita anaranjada Mepps Nº3 que siempre me da buenos resultados. Con este artificial presencié una secuencia que jamás borraré de mis retinas, ya que cuando pasaba la cucharita cerca de una piedra, veo salir de atrás de la misma una hermosa tararira que atacó el señuelo, y después de un espectacular salto lo despidió. Sinceramente, si hay algo que a los amantes del spinning vuelve loco, es cuando podemos presenciar el ataque del pez a nuestro artificial elegido, después si sacamos ao no a la presa es otro cantar, pero saber que lo que uno escogió causa el efecto de engaño en el pez, no tienen precio. Varios piques y emocionantes momentos nos mantuvieron entretenidos hasta el mediodía, momento en el cual la actividad se acentúa, pero también el asado nos llamaba y decidimos descansar unos minutos y no fallarle al sabroso manjar preparado por Raúl. Bajo una tienda armada especialmente comimos el asado, con quesillo de cabra, y cuentos que le dieron el folclore necesario para redondear una bella jornada de pesca. Por la tarde, nos movimos hacia otros sectores, en donde siempre se daban uno o dos piques. Yo seguía sin poder pescar, hasta que saque de mi caja de pesca un spinner bait de doble cucharas y con el fioco color negro. Inmediatamente lance hacia una palo semisumergido y el tremendo zarpazo llegó, con un tarucha mediana que salvó mi honro. Después de este pique, tuve varios más, hasta que en uno de los bruscos ataques mi caña estalló partiñendose al medio. “¡La tarucha está prendida!” le gritñe a Martín, y mientras trataba de cansarla para arrimarla con mis manos a la costa, veo aparecer un verdader mostruo que se le pone al lado e intenta atacar el señuelo que estaba prendido. “¡Viste ese bicho… es gigante…!” le grite a Martín, quien al tener la cámara de filmación no pudo arrojar su artificial. “Aquí hay tarariras de más de tres kilos…” me decía y sin dudas yo había presenciado un ejemplar que era realmente muy imponente. Saqué mi tararira, y le dije a Martín: “listo, estoy fascinado con el ambiente, y estoy feliz porque como nunca pude ver el ataque de las taruchas a los artificiales, algo que en muy pocos sitios del país se puede ver…”. Regresamos lentamente, cargamos la lancha y volvimos a la Villa, en donde me esperaba mi familia para disfrutar de las claras aguas del río Soto y sus maravillosas playas. Por la noche, el broche de oro llegó con un cabrito cocinado magistralmente por Martín. Pasamos varios días de mini vacaciones en este apacible pueblo cordobés que sin duda ya confirmó mi regreso pronto, porque posee mucha naturaleza, un río sensacional, y una pesca que jamás olvidaré, con tarariras de todos los tamaños, y la transparencia de las aguas que nos proponen un espectáculo solo apto para fanáticos de los artificiales. Cabañas "Barrancas del Río". Totalmente equipada(ropa de cama, toallas, etc.), TV cable; quincho y asador; ventiladores de techo; microondas; reposeras y elementos para el rio y playa.Ubicadas a 150 mts ruta nacional 38. A 500 mts plaza principal y zona centrica.A 50 mts del Río Soto. Ambiente totalmente natural.Pesca guiada al dique Pichanas, spinning y fly cast, tarariras. Servicio completo.Reservas: 03549 15435604 - 03549 15465542. Agradecemos a Martín y su familia por los excelentes momentos vividos.
Agradecemos muy especialmente al Municipio de Villa de Soto, al Hotel de Turismo que cuenta con habitaciones amplias y todos los servicios, además de un amplio restaurante en el cual podemos degustar verdaderos manjares, en una construcción de época que guarda mucha historia y una cautivante belleza. Consultas: 03549-480955 Municipalidad de Villa de Soto Tel./ FAX: (54-3549) 480507Av. 25 de Mayo 220. (X5284AAP) Villa de Soto, Córdoba.villadesoto@villadesoto.com – www.villadesoto.com